Hoy traigo la reseña de una serie que acaba de estrenar su segunda temporada en Estados Unidos. La primera temporada vio la luz en 2013 de la mano de Jon Brokenkamp, que nos trajo una de las series más entretenidas en cuanto al género policíaco/suspense de los últimos años. Su episodio piloto batió todos los records de la cadena NBC. Si aún no la sigues, descubre porque es uno de los fenómenos televisivos actuales.
La trama empieza cuando un buen día, Raymond Reddington (James Spader), uno de los criminales más buscados del mundo, se entrega al FBI. Desde el momento de su detención, "Red" deja muy claro a la famosa agencia que solo colaborará con ellos si siguen sus reglas, siendo la primera tener el derecho de hablar exclusivamente con la recién llegada al FBI Elizabeth Keen (Megan Boon) y con la que no mantiene ninguna relación aparente. A cambio, Reddington ofrece lo que el llama la lista negra: información sobre los criminales más terribles del mundo. Con una clara referencia hacia El Silencio de los Corderos, tendremos un "quid pro quo" entre criminal y agente.
Solo hace falta ver un minuto de serie para que ya nos caiga bien Reddington, siendo el pilar central absoluto de la serie. The Blacklist nos presenta uno de esos personajes carismáticos, difíciles de olvidar y que no tardará en convertirse en un icono televisivo. Nos encontramos ante un criminal educado, simpático, gracioso y dicharachero que hace que nos duela estar de su lado. En la otra cara de la moneda tenemos a Elizabeth, inocente y seria cuya vida da un giro de 180º cuando Raymond entra en su vida. Liz tendrá que compaginar su hogareña vida (felizmente casada, futura madre adoptiva) con los peligrosos casos que Raymond irá dando capítulo a capítulo.
Los secundarios es lo que más flojea de la serie. En parte por su poca fuerza, en parte por el carisma
desbordante de su protagonista. El reparto principal se completa con el director de la unidad Harold Cooper (Harry Lennix), el eficaz agente Donald Ressler (Diego Klattenhoff) , la agente de la CIA Meera Malik (Parminder Nagra) y el paciente esposo de Elizabeth, Tom Keen (Ryan Eggold).
Solo hace falta ver un minuto de serie para que ya nos caiga bien Reddington, siendo el pilar central absoluto de la serie. The Blacklist nos presenta uno de esos personajes carismáticos, difíciles de olvidar y que no tardará en convertirse en un icono televisivo. Nos encontramos ante un criminal educado, simpático, gracioso y dicharachero que hace que nos duela estar de su lado. En la otra cara de la moneda tenemos a Elizabeth, inocente y seria cuya vida da un giro de 180º cuando Raymond entra en su vida. Liz tendrá que compaginar su hogareña vida (felizmente casada, futura madre adoptiva) con los peligrosos casos que Raymond irá dando capítulo a capítulo.
Los secundarios es lo que más flojea de la serie. En parte por su poca fuerza, en parte por el carisma
A pesar de que la serie a primera vista puede parecer algo repetitiva, nos encontramos en cada capítulo casos originales, algunos realmente buenos como el episodio noveno, que es un puro homenaje a la Jungla de Cristal. Como cabe esperar, no se reduce a simples casos, sino que la trama principal está presente en casi todos los capítulos, cargada de giros argumentales y que atrapa desde el primer episodio.
En definitiva, estamos ante una serie que no es excesivamente original pero que es perfectamente compensado por la fuerza de su trama principal y sobretodo por su protagonista: James Spader. El que una vez fue el joven Daniel Jackson en Stargate (1994) y la futura voz de Ultrón (tenía que decirlo) está soberbio en el que seguramente sea uno de los mejores papeles de su carrera. Una serie muy recomendable.
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